Tomando algo[Elizabeth]

por **Nicholas F. Prince** Miér Ago 17, 2011 11:49 pm

Hogsmeade, el pueblo más mágico de todo el Reino Unido. Ciertamente era un afirmación muy bien echa, nada más entrar en el pueblo sentías la magia en cada lugar de este. Visitar Hogsmeade era una de los cosas que más me gustaban de vivir en Hogwarts. Me encantaba la tienda de Honeydukes, siempre acababa cargado de dulces: Grageas Berttie Bott, ranas de chocolate, plumas de azúcar... Los dulces eran uno de mis vicios.
Luego también estaba la tienda de Zonko, allí solía comprar mis artilugios para molestar a los sangre sucia. Me encantaba usar todo tipo de cosas contra ellos, así era mucho más difícil que un profesor me pillase.
Ese día, tocaba excursión a Hogsmeade, la primera del año. Como siempre iba solo por ahí, no había rastro de Alec, mi mejor amigo, así que me dirigí a Zonko, compraría un par de cosas y me iría a otro sitio.
Una vez en la tienda, compré las cosas habituales: bombas fétidas, discos voladores que mordían... Le pagué al dependiente y me largué de la tienda.
Me apetecía tomar algo, una cerveza de mantequilla o un zumo de calabaza. El mejor lugar para beber algo era en las Tres Escobas, si ibas a Cabeza de Puerco te podías encontrar con cabras por allí, y eso no era plato de gusto.
Me encaminé con mis bolsas en las manos al pub, pensando en mil cosas a la vez. Cuando llegué a la puerta la abrí con el pie y me dirigí a la barra para pedir algo. Me senté en uno de los taburetes, ya que las mesas estaban casi todas vacías.
-Una cerveza de mantequilla-pedí al camarero que venía a tomarme nota. No le presté demasiada atención y me dediqué de nuevo a mis asuntos.

por **Elizabeth S. Bellwood** Jue Ago 18, 2011 9:19 am

Mis compañeras y yo habíamos hecho el recorrido habitual en el pueblo; fuimos a Honeydukes por un montón de dulces que seguramente al principio de la próxima semana ya no existirían, a pesar de que según ellas no pueden comer tantos carbohidratos ¡Y son las primeras en atragantarse con las Ranas de Chocolate!. Al salir de la tienda de dulces nos dirigimos directamente a Tiros Largos Moda, la única tienda de ropa que había en el pueblo y que gracias a la piedad de Salazar tenía ropa decente. El lugar estaba repleto de estudiantes locas y emocionadas por gastar mesada. Mientras en lo que a mi respectaba me fui a pasear entre los pasillos en mira de lo que compraría. Cerca de una hora y media después salía del lugar con tres bolsas repartidas en mis manos y una sonrisa ladina que ni un Gryffindor podría borrar de mi rostro.

Le di una mordida a mi varita de regaliz mientras esperaba con enfado a que nos trajeran de una buena vez las bebidas que habíamos pedido hace cerca de siete interminables minutos, las chicas desesperadas decidieron que mejor irían a tomar el té con Madame Tudipié, yo odiaba el aspecto romántico que tenía el lugar, sus velas aromáticas me revolvían el estómago en un tiempo record, por eso decidí quedarme a esperar la Cerveza. No tardó en llegar y yo no tarde en atacarla con un buen trago, después de limpiar con elegancia la espuma acumulada en mi labio superior me dediqué a mirar si había alguna compañía decente en el lugar. Mis ojos recorrieron expectantes los pocos rostros que estaban, hasta que me topé con uno en particular.- Hey Nico ¿Por qué tan solito?.- Hable en voz alta al verlo sentado no muy lejos de mí, con el dedo índice le hice un ademan para que se acercara a mi lugar, no era una pregunta claramente.

por **Nicholas F. Prince** Jue Ago 18, 2011 2:02 pm

Mientras el camarero no venía me puse a pensar. Era una de las cosas que más hacía en todo el día: darle demasiadas vueltas a lo que me sucedía. Ya me podía haber puesto el Sombrero en Ravenclaw, seguro que pegaba con la casa.
A los pocos minutos el camarero me trajo una jarra de cerveza de mantequilla, le pagué y me dispuse a darle un buen trago.
Mientras bebía un grupo de chicas salieron del bar, parecían un poco molestas pero no le di importancia, sus asuntos no eran de mi incumbencia.
Bebí otro trago de la jarra y la posé en la barra. Apoyé un lado de la cara en la mano izquierda. Si no aparecía nadie con quién estar me iba a volver al castillo. Lo bueno de ir a Hogsmeade era estar con la gente o molestar a alumnos sin que te dijesen nada los profesores, pero si no había nadie, ¿qué hacía yo allí?
Una dulce voz femenina me sacó de mi ensimismamiento, me había llamado. Quité la mano de la cara y giré con lentitud la cara, estaba casi seguro de a quién pertenecía esa voz.
Cuando pude contemplar de quién se trataba supe que no me había equivocado: era Elizabeth Bellwood. Una chica muy mona de mi edad, pero de la casa de Slytherin. Me indicaba con un dedo que me acercase a ella. Esbocé mi típica sonrisa de medio lado, aunque con un toque de picardía. Cogí la jarra con una mano y me bajé del taburete caminando hasta su mesa, en la que solamente estaba ella.
Una vez enfrente de su mesa la observé unos segundos: iba tan guapa como de costumbre, siempre me había gustado su belleza pusiera lo que se pusiera.
Me senté justo en frente de ella, era una chica poco común, pero nos asemejábamos bastante, lo que había echo que tuviese cierto interés y curiosidad por ella.
-Bueno, no había nadie interesante con quién hablar-alcé la vista para mirarla a los ojos-, pero ahora ya tengo a alguien.
Me acerqué la jarra a los labios para beber un poco más sin dejar de mirarla.
-¿Y una chica como tú qué hace aquí sola?

por **Elizabeth S. Bellwood** Vie Ago 19, 2011 3:13 am

Sonreí ladinamente cuando mire como se paraba del taburete para acercarse a mí, recargue mis brazos sobre la mesa mientras esperaba con cierta impaciencia que llegara hasta donde yo me encontraba. Antes de que se sentara enfrente mí, me di el lujo de detallarlo de pies a cabeza sin una pisca de disimulo, era un chico que ciertamente agradaba a la vista; sin mencionar que teníamos varias cosas en común y en una de ellas era la importancia de la pureza de la sangre, ese simple hecho lo hacía posicionarse un poco más arriba de donde se encontraban la mayoría de las personas para mí. Me di el tiempo que necesitaba para apreciarlo, hasta que finalmente subí mi mirada a sus ojos una vez que él ya hubiera tomado asiento. Al escucharlo volví a sonreír aunque esta vez de manera sarcástica.- Bueno ya me conoces, siempre aparezco en el momento exacto donde se requiere de mi presencia ¡soy toda una heroína!.- Termine hablando con voz de fingida emoción, seguidamente le di un trago más a mi cerveza que a pesar de los tragos que le había dado seguía estando casi llena; al terminar volví a limpiar la espuma acumulada en mis labios.- Pues… una chica como yo puede estar como y donde quiera.- Me limite a contestar ladeando la cabeza hacía mi hombro, sin quitar mi vista de la de él, pero luego decidí no ser tan pesada con el Hufflepuff.- Ellas se fueron a tomar el té, yo preferí quedarme a ver si había algo interesante, creo que tú eres lo que más se asemeja al término.- Termine informándolo. Lleve mis manos a la bufanda que tenía enredada alrededor de mi cuello, por supuesto con los colores de Slytherin y el escudo bordado en si tela. Una vez me liberé de ella la puse con cuidado sobre la mesa, aun lado de mí, el lugar estaba cerrado y guardaba el calor corporal de las pocas personas que estaban allí.- ¿Y tú? A ti sí que es raro verte solo en un paseo a Hogsmeade.- Pregunte expectante volviendo mis ojos a él.

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